Como asesor financiero la preocupación que más se repite entre mis clientes es el miedo a caer en una estafa. Lo primero que hago al reunirme con un cliente es ofrecer la información y los consejos básicos para evitarlas. No obstante, existe una de la que no puedo librar a mis clientes sin cometer una ilegalidad. Me refiero al sistema público de pensiones, la mayor estafa piramidal que existe en España.
Antes de dar mis argumentos de por qué el sistema público que debería garantizarnos a todos una jubilación decente es fraudulento, explicaré grosso modo en qué consiste una estafa piramidal. Imaginemos que una persona «A» (el estafador) contacta con «B» y le promete que con una inversión de 3.000€ obtendrá 4.000€ en el plazo de un mes, es decir, unos beneficios totales de 1.000€. Pasado una semana contacta con «C» y le hace la misma propuesta. Cuando vence el plazo para pagar a «B» utiliza el dinero de «C» para devolverle los 4.000 que le prometió y le comenta la posibilidad de reinvertir las ganancias para obtener más beneficios. Si «B» acepta la estafa continua e incluso «A» puede intentar captar a más personas. Si «B» se niega, tanto él como «C» han sido estafados y «A» es 2.000€ más rico.
Como se puede comprobar, en una estafa piramidal el dinero no se invierte en ningún negocio ni producto financiero, tan sólo cambia de manos y se utiliza el dinero de unos para pagar a otros sin que se genere valor alguno en el proceso. Para mantener esta estafa con vida es necesario que cada vez haya más gente en la base de esa pirámide que se está gestando, justo lo que necesita nuestro sistema de pensiones.
Es por esto que el sistema de pensiones español consiste una estafa piramidal que consiste en 2 partes. La primera es la concepción generalizada de que es necesario cotizar para «pagar nuestras pensiones». Y es que una parte significativa de mis clientes tenían interiorizada esta idea de que al contribuir a la Seguridad Social estaban pagando su pensión futura, cuando en realidad lo que se está pagando es la pensión de los que están ahora jubilados para generar un derecho a recibir una pensión que pagarán los futuros cotizantes; es decir, los que llegado el momento se encuentren en la base de la pirámide. Puede parecer una pequeña diferencia, no obstante es un matiz muy relevante. En el primer caso, aquel sistema en que al cotizar uno está pagando su propia pensión, la cantidad que reciba para la jubilación será la que su propio dinero haya sido capaz de generar mediante réditos o intereses. En el caso español, la cantidad dependerá de lo que proporcionalmente le toque en el «reparto». Si has escapado de esta primera parte de la estafa, enhorabuena, pues no mucha gente es capaz de advertir este matiz. Por desgracia no serás capaz de escapar de la segunda pues es, como aventura el título del artículo, inevitable.
La segunda parte consiste en que, como en toda estafa piramidal, es necesario incorporar siempre nuevos contribuyentes para mantenerla. Cuando el sistema de pensiones fue ideado en 1919, así como cuando se decidió optar por un sistema de financiación de reparto mediante la Ley de Bases de la Seguridad Social de 1963, la pirámide poblacional era una pirámide al uso donde las personas que recibían una pensión se situaban en la parte alta y eran significativamente menores en número a los que se situaban en las partes media (población activa) y baja (futura población activa). Ahora, sin embargo, la pirámide se ha invertido, pues cada vez la gente vive más y tiene menos hijos. A fecha de 2021 existían 2,2 cotizantes por cada jubilado y las previsiones según el INE son que para los próximos 30 años esta cifra caiga a menos de 1 cotizante por cada jubilado. Y para aquellos que piensen que se trata de un problema del futuro les doy dos datos. El primero es que a día de hoy el sistema ya está quebrado pues gasta más de lo que ingresa. En 2021 la Seguridad tuvo un déficit de 11.192 millones de euros, déficit que se solventa con deuda pública e impuestos. El segundo es que estamos a las puertas de que arranque oficialmente la jubilación del «Baby Boom». Sin entrar a analizar el por qué de este descenso en la natalidad, el hecho, y a la postre principal problema de las pensiones, es que cada vez tenemos menos hijos; o lo que es lo mismo, incorporamos menos gente a la estafa.
Obviamente todo esto no significa que no tendremos pensión al jubilarnos, pues a buen seguro que la tendremos. La cuestión es, ¿será suficiente? Cuando las cotizaciones a la SS así como los impuestos que se establezcan para ayudar a corregirla sean insoportables para un pueblo, el español, ya de por sí esquilmado por Hacienda ¿las pensiones recortadas que nos toquen en el reparto serán suficientes para afrontar el coste de la vida?
Dado que dejar de cotizar no es una opción viable, salvo que se quiera tener problemas con la señora justicia, ante este oscuro futuro tienes dos opciones: quejarte amargamente de un problema que ni un solo político quiere siquiera mencionar o empezar a trabajar una pensión privada que complemente tu pensión pública. Y antes de que me digas que no puedes dedicar dinero a tu calidad de jubilación pues estás agobiado por tus gastos, te diré que desde 60€ al mes es posible generar una pensión más que digna si empezamos ahora. Contáctame a través del formulario y vamos a por ello.